mardi 16 mars 2010

A PROPOSITO DE LA FRAGIL MEMORIA

El día en que la tecnología apagó a Chile

por José Ignacio Stark

¿Por qué ocurrió esto en el datacenter más moderno de Chile, con muros de un metro de espesor y cuyo piso es capaz de soportar hasta una tonelada de fuerza? Fuentes que pidieron a El Mostrador mantener su anonimato revelaron que las baterías de energía de respaldo —conocidas como UPS - fueron desplazadas por la fuerza del sismo, y en su movimiento arrasaron con el sistema de circuitos del lugar, cuya reparación de por si es delicada.

27 de febrero, 03:34AM. Una de las pocas cosas que tuve conciencia de sacar de mi habitación a la hora de bajar corriendo las escalas del Hotel O’Higgins — donde pasé el terremoto – fue mi teléfono móvil. Sabía que en un caso así, más que la red de voz era la de datos la que podía ayudarme en cualquier caso. Y así fue. Pero grande fue mi sorpresa y la de muchos cuando noté que, por efecto del mayor sismo que ha sufrido la zona centro sur del país, los sitios web nacionales más importantes estaban en el suelo. No había información oficial. Ni la ONEMI ni mi banco respondían. La tierra habló e Internet, literalmente, se calló.

A los pocos minutos del terremoto, muchos pudieron revisar en sus teléfonos las informaciones del Servicio Geológico Norteamericano — USGS – que anunciaron la magnitud del sismo en Concepción: 8,8 grados en la escala de Richter. Revisé rápidamente también las alertas de tsunami entregadas por el Pacific Tsunami Warning Center del NOAA. Pero de información oficial, nada.

Volvamos a 1968. ARPANET, la precursora de la Internet, fue creada como una red interna de comunicaciones militares por el Departamento de Defensa norteamericano, preparada para estar descentralizada, con múltiples vías de comunicación entre dos puntos y capacitada para responder ante sus propias fallas. El correo electrónico y la transferencia de archivos eran su principal uso en 1973. Desde un año antes, el proyecto CYBERSYN permitía controlar el estado de fábricas a través de terminales de telex, todo centralizado desde un búnker bajo La Moneda, aquí mismo, en Chile.

Lo que está claro es que ambas experiencias no sirvieron de nada en el momento del sismo ni después de él. Los servidores de la ONEMI fallaron, y junto con ellos, los sistemas de todo el aparato estatal estaban en el piso. Entre el sábado y el lunes, la Oficina de Emergencia dirigida por Carmen Fernández no pudo usar el correo electrónico. Y si es efectivo que mantenían comunicación radial con sus direcciones regionales, algo no funcionó, pues hasta varios días más tarde no lograban acopiar ni sistematizar información clave como el listado de albergues y los hospitales que permanecían operativos, menos canalizar las necesidades más urgentes por zona afectada.

Global Crossing, el Alto Río virtual

Basada en las Bermudas, Global Crossing — en Chile antes llamada IMPSAT – es el datawarehouse de mayor prestigio y calidad, que aloja tanto a clientes gubernamentales y a grandes instituciones, como el Banco de Chile, la Universidad Andrés Bello y los servicios en línea del Ministerio de Obras Públicas, entre otros. Esos mismos fueron los que cayeron como fichas de dominó la madrugada del 27, sin poder ser recuperados solo hasta varios días después.

¿Por qué ocurrió esto en el datacenter más moderno de Chile, con muros de un metro de espesor y cuyo piso es capaz de soportar hasta una tonelada de fuerza? Fuentes que pidieron a El Mostrador mantener su anonimato revelaron que las baterías de energía de respaldo —conocidas como UPS – fueron desplazadas por la fuerza del sismo, y en su movimiento arrasaron con el sistema de circuitos del lugar, cuya reparación de por si es delicada.

Las medidas de seguridad estándar de este tipo de recintos incluyen la prohibición de que varias personas trabajen al mismo tiempo en una misma sala de servidores; por ende, el tiempo de recuperación estuvo supeditado a esta limitante. Así, el encargado de IT de la Universidad Arturo Prat que viajó desde Iquique para ver y evaluar los daños en sus máquinas y a ponerlas nuevamente en línea debió esperar junto a otros clientes por horas en los estacionamientos del lugar.

“Tabiquería” de redes

En el caso del Banco de Chile, la misma fuente agrega que el error que dejó sin servicios en línea tanto a clientes como a los mismos funcionarios de una de las instituciones financieras más grande del país no pasó solamente por el incidente técnico en GlobalCrossing y el de su propio datacenter — el que resultó inundado tras el sismo, afectando tanto a sus servidores principales como a los de respaldo-, sino más bien por una falla de gestión, la que dejó en claro que los planes de contingencia diseñados para “levantar” al banco ante una emergencia de este tipo quedaron en el suelo.

Por su parte, Obras Públicas se vio obligada a utilizar redes sociales de amplio espectro: a las pocas horas el blog mopinforma.blogspot.com, el que continúa funcionando tras el reestablecimiento de los servicios, efectúa comunicación del estado de la red vial del país, la que también es informada constantemente a través de su cuenta en Twitter. A más de un año del boom de esta red social a nivel de comunicación corporativa, solo el terremoto logró convencer a las autoridades de las distintas reparticiones de gobierno de su utilidad real. Un funcionario del MOP que pidió reserva de su nombre aseguró que están buscando la manera de rescindir el contrato con la empresa, ya que el perjuicio que le generó al Ministerio en una crisis de esta envergadura fue fatal.

El terremoto no solo dejó a sitios offline, sino que desnudó realidades sobre la supuesta seguridad y estabilidad de la infraestructura de datos nacional. Por un lado, afectó por igual a centros de datos designados “de contingencia” como a los principales. Por otro, dejó en claro que es imposible que exista independencia energética para esta clase de recintos, la que permitiría en un caso hipotético tener dos proveedores de electricidad y no perder uptime en caso que uno fallase, y así enfrentar de mejor manera situaciones como la ocurrida el domingo gracias a una falla en el Sistema Interconectado Central, la que dejó sin luz a todo el centro-sur del país. Y finalmente, reveló que existe una segregación de redes “mentirosa”: muchos clientes, cuyos enlaces de respaldo habían sido contratados a dos proveedores distintos, descubrieron que finalmente ambos habían subcontratado los servicios a una tercera empresa, que resultó ser la misma en cada caso.

Así resistieron los datacenter nacionales:

NetGlobalis y S&A: Sin problemas; los tres operadores de NetGlobails funcionaron con el generador eléctrico del datacenter tras el terremoto y no tuvieron caída alguna.

Adexus (Miraflores 383, piso 2): Funciona sin problemas ni interrupciones desde el día ”D” y posteriores.

NOC Telefónica Chile (San Martin 50): Sin problemas.

Entel: El datacenter y centro de operaciones principal de la ex empresa estatal están ubicados bajo la torre de 127 metros que coordina la comunicación entre los diversos puntos del país, y ambos respondieron sin problemas. Luego del terremoto de 1960 se tomaron las precauciones necesarias a nivel constructivo, las que fueron aplicadas en la construcción de la emblemática estructura.

Synapsis: No presentaron problema alguno, y aseguraron que tuvieron un uptime del 100%. Las maquinas no hicieron failover, ni se utilizaron los enlaces de contingencia o backup disponibles.


Articulo publicado hoy en el Mostrador:

http://www.elmostrador.cl

FRAGIL MEMORIA

Nadie nos puede asegurar a ciencia cierta que todos nuestros archivos y soportes numéricos; llaves usb, disquetes, resistirán el paso del tiempo y que la posible perdida de la memoria visual y escrita que la humanidad tiene y a producido éstos últimos 50 años -que se han concentrado ademas en soportes numéricos- podría sin mas, desvanecerse en un dos por tres. Nadie además, puede anticipar y sobre todo proteger, que por falla humana se presione el botón equivocado y se desencadene la perdida de todos los archivos concentrados y almacenados en gigantescos computadores...Nadie nos lo puede asegurar!
Que pasará con la hipotética, pero real posibilidad de perder por siempre nuestros archivos, nuestras imágenes, fotos de familia, trabajo, nuestros escritos, la base de datos en hospitales, universidades o incluso con éste blog o los foros de diàlogos, que desaparecerán, sin dejar un rastro y testimonio de los comportamientos de nuestras sociedades. Tan importantes para las ciencias humanas, (sociología, etnología, etc) y tener asì una comprensión de sus evoluciones y tendencias. No exagero en la urgencia e inquietud por ésta realidad, que no tiene nada de virtual, ya que incluso, guardando esos archivos -siempre en soportes numéricos- sin dudas en algún momento, no podrán ser leídos. Porque se suma además, el avance cotidiano de las nuevas tecnologías, haciendo que las lecturas numéricas de un día para otro se vuelvan obsoletas. Un dicho africano nos puede ayudar en ésta reflexión:
" en la aldea, cuando muere un anciano, es como si partiera en llamas una biblioteca".

Estas inquietantes preguntas me las hago a menudo, es que, con el avance de las tecnologías vamos y corremos hacia una sociedad sin o fragil memoria? Contrariamente a lo que sé cree, la memoria numérica es frágil y de efímera durabilidad. Ya que los famosos disquetes o llaves usb, tienen un lapso de vida que no pasaría más de diez años! Si se quiere conservar y acceder a esos archivos hay que reinstalarlos en otro tipo de soporte. Por supuesto, más avanzado, con otro formato, seguro más compacto, más caro y más complejo y por supuesto con configuraciones que no serán compatibles para su lectura, en los ya viejos ordenadores, y...ahí nos quedaremos con nuestros cd(s) y llaves usb.












Todas éstas preguntas, dudas y por que no miedos, nacen de los recientes debates respecto del "acceso a la cultura, en una era numerizada", cuyo fenómeno tecnológico ha hecho que de alguna forma la lectura a disminuido, generando nuevas actitudes y practicas del ser humano, practicas más solitarias y sin interactividad de persona a persona, reduciéndose al solo diálogo virtual, frente a la pantalla de ordenador y nuestros cambios de vida referentes al acceso y consumo de la cultura, ya sea éste vía internet, ipod, ebooks, portables y recientemente la numerizaciòn de bibliotecas.

De ahí la urgente necesidad de insistir en la "acción de la lectura y el amor por el libro" en sus mas amplio sentido, incluso como un "objeto" que está presente, objeto táctil y visual. No recuerdo quien decía que solo "mirando las coberturas de sus libros, le parecía haberlos leído". Si, esa actitud quizá sin importancia para muchos, tomar y abrir un libro, recostado, en una biblioteca, en nuestro escritorio, en el metro o en una plaza, en la terraza de un café, en voz alta o en la intimidad solitaria y contemplativa de la lectura cotidiana.

Cuanto le bebe la humanidad a aquellos escribas y copistas, que en soportes que no tienen 10 años, sino siglos de existencia, incluso miles de años, en pergaminos de piel de animal aún se pueden leer los textos sagrados y profanos -en griego o latín- sin olvidar las tabletas en arcilla en ugarìtico, alfabetos cuneiformes que relatan en diferentes versiones la creación del mundo, el diluvio del Antiguo Testamento o las estelas que los misioneros nestorianos dejaran por su paso en China revelando la acción evangelizadora de los primeros siglos o hieroglifos que serán la base junto con el griego de la lengua Copta.














Asì la humanidad, és heredera de un patrimonio y testimonio tangible junto con el contenido, (filosofía, teología, ciencias, astronomía,) pero que además son bellezas artísticas; la caligrafía, libros iluminados con letras historiadas, decoradas con laminas de oro y que daba la reputación tanto en Oriente como Occidente por su empaste y contenido al scripturiun de los austeros y silenciosos monasterios benedictinos, cuya regla monástica daba una real importancia al acto de la lectura. Lectura divina, la "Lectio", meditativa y rumiante de los textos sagrados. Ese solo acto, el de tener un libro entre nuestras manos -y también el escribir- es una acción que por siglos ha desarrollado y practicado la humanidad, siempre deseosa de comunicar y entregar saber, y que con un solo mal clic en el teclado de nuestro ordenador o biblioteca virtual, podemos acceder pero también perder para siempre.

Claro, todo parece más fácil, todo parece más accesible y rápido. Claro està, la tecnología nos permite pasearnos con una biblioteca de miles de libros, accesibles incluso desde nuestros portables de un extremo al otro del mundo, de los desiertos a los polos. Pero no nos ilusionemos, es el tiempo de preguntarse: Que nos puede dejar ésta era numérica como patrimonio y memoria cultural ? Será que solo confiando en ésta memoria virtual, depositando toda nuestra historia, ya sea personal o social en perennes disquetes viviremos la misma suerte que la dicha aldea africana, cuya memoria pueda partir en llamas y perderse para siempre?



Para saber mas: Bibliotecas vistuales:

http://www.europeana.eu/portal/

http://search.theeuropeanlibrary.org/portal/en/index.html


Para leer:

Eh aquí un sabroso libro que estoy actualmente leyendo, de éstos dos grandes escritores. Eco, profesor de semiología en la universidad de Bologna, autor entre otros del Nombre de la Rosa. Jean-Claude Carrière cineasta, viajero. Ambos tienen en común la bibliofilia, el gusto del saber, las bibliotecas. Un dialogo que va desde los papyros a los a los archivos electrónicos y el lugar del libro con la aparición de internet y las bibliotecas virtuales.