samedi 11 avril 2009

ORIENTE Y OCCIDENTE, EN EL MUSEO JACQUEMART-ANDRE, PARIS

Paris siempre tiene sorpresas reservadas y si bien ya habìa escuchado algunos comentarios de un "hotel particular" convertido en museo ubicado en el Boulevard Haussmann pertenecientes al matrimonio Néli Jacquemart y Edouard André, ambos grandes coleccionistas y amantes del arte y sobre todo del arte italiano, cuya pasion constituyo una de las mas bellas colecciones de arte italiano y oriental de Francia. Este hotel particular y actual museo Jacquemart-André, fue terminado en 1875, Néli Jacquemart, fiel al espiritu y proyecto de su esposo, dona al Instituto de Francia el inmueble, junto con su colecciòn, que luego serà transformado en museo, habriendo sus puertas en 1913.
Con respecto al término de Hotel Particular, Francia y en particular Paris, tienen la tradiciòn de hoteles particulares, que son palacios de talla modesta a comparaciòn de los castillos que la noblesa europea o la burguesìa francesa, construye, muchas veces como moradas secundarias en la capital y en lugares como la isla Saint Louis, en la que se encuentra el famoso Hotel Lambert, pertenecientes hasta no hace poco a la familia Rothshild y que actualmenete està en manos de un principe saudita o en provincia, como es el caso de Valognes que tiene el titulo de la Versailles Normand, con su prestigioso hotel Baumont.
Hotel Lambert Isla Saint Louis, Paris

Pero el museo Jacquemart-André, atrajo mi atenciòn, cuando dentro de su programa de exposiciones temporales de principio de año, organiza una de las mas importantes colecciones de los llamados Primitivos Italianos, pertenecientes a la colecciòn Altenbourg de Alemania y que se constituyo hacia el siglo XIX, gracias al baron Von Lindenau, con 180 piezas, de las cuales 40 estàn expuestas en el Museo Jacquemart-André, mas unas cuantas mas piezas prestadas por la pinacoteca Vaticana.


Museo Jacquemart-André, en pleno centro de Paris, Boulevard Haussman

La exposiciòn permite al visitante, algo mas interezado que en el simplemente arte sacro, ampliar y profundizar en las raices del arte occidental y ver como los artistas de Siena como un tal Guido da Siena con quien se inicia la muestra, se conecta no tan solo a las raices de la iconografìa cristiana, es decir, hacer visible con los colores y la imagen aquello que està escrito, frace algo modificada de un sermon contra la herejìa iconoclasta que san Juan Damasceno, promuncio hacia el siglo VIII y que terminò con el VIII concilio ecumenico en donde se definieron entre otros la Encarnaciòn y la Maternidad Divina de la Virgen Marìa,(Theotokos), base de alguna forma del culto de las imagenes.
Lo interezante a mi modo de ver y que al menos me entrega ésta exposiciòn, és como el arte occidental y sobre todo italiano del siglo XII y XIII, formò y era parte de la gran tradiciòn iconografica de la cual la iglesia universal tenìa en comùn y que los estragos de la divisiòn(famoso sisma entre oriente y occidente que se decretò el 1054, con la excomuniòn de la iglesia de Roma por parte del Patriarcado de Constantinopla y los diferentes patriarcados orientales y que aun hoy divide la iglesia), y que alrrededor del siglo XII aun no se hacian tan evidentes, al menos en el arte. Asì un tal Paolo Venesiano o un Guido da Siena(1270), no tenìa dificultad en representar y transmitir la fe, (en colores e imagenes, en actitudes y formas ) segùn los canones o a la manera griega, es decir, como los iconos bizantinos, por cierto, sin dejar de lado, su propia tradiciòn y expresiòn.

La Natividad, Guido da Siena


En la primera parte de la exposiciòn se puede apreciar esa comuniòn artistica y de transmisiòn de la verdadera fe, en que una serie de iconos, que seguramente fueron parte de un retablo (poliptico), encargo realizado por y para la abadìa de Ardenga en Moltalcino (Toscana), muestran diferentes pasajes de la vida de Cristo, muchos de ellos fiestas liturgicas, como La Natividad o la Presentaciòn en el Templo con la clàsica representaciòn que la tradiciòn de las iglesias orientales, sobre todo ortodoxas, continuan venerando en iconos o frescos.


La Presentaciòn en el Templo, Guido da Siena.

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